lunes, 1 de marzo de 2010

Pantallas superpuestas

Hoy puedo ver al mismo tiempo en distintos canales de televisión dos acontecimientos que coinciden en el tiempo y que suceden en un mismo planeta, aunque parezca lo contrario.

Imágenes de la destrucción ocasionada por el terremoto en Chile -o hace poco más de un mes en Haití- con la gente atemorizada y el instinto de supervivencia en su forma más elemental, contrastan con la ceremonia de clausura de los JJ.OO. de invierno en Canadá. Como digo, tengo que ir digeriendo poco a poco que todo ocurre en un mismo mundo globalizado -ja- y que los seres que lo protagonizan pertenecen a la misma especie.

Mientras unos buscan a familiares o amigos que quizá nunca vuelvan a ver u otros duermen en la calle porque han desaparecido sus casas o intentan conseguir lo básico para subsistir, otros acuden a contemplar el artificioso espectáculo para celebrar que durante algunos días unos privilegiados se han estado exhibiendo para demostrar que uno es más saltarín que los otros o que corre más que el tiempo. En este macro edificio, que posiblemente no destruirá un terremoto como las frágiles casas de Haití, todo está medido y controlado, durante años se gastan ingentes cantidades de dinero para preparar, no diré ya todo el conjunto de las olimpiadas, sino que me limitaré a lo que veo en un solo día, la clausura. ¿Por qué tanta parafernalia para un simple juego? ¿No sería más hermoso seguir poniéndoles la corona de laurel a los vencedores y un reconocimiento para todos? ¿Por qué este derroche para unas horas? ¿Dónde irá a parar todo este material? Sí, los ridículos gorritos de cuernos en cuanto acabe la ceremonia al contenedor más próximo. Lo más contaminante a los vertederos de los países que precisamente nunca podrán celebrar este tipo de eventos; total, no se notará, todo el país ya es un basurero.

Pero volviendo al principio, quizá penseis que lo uno no tiene porque excluir lo otro, que ya hay bastante sufrimiento para negarnos un jolgorio, pero si buscamos el equilibrio quizá podría haber medallas para todos.

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